Estaba algo inquieta, todo en esos días le afectaba más intesamente, su cabeza estaba en otras cosas, en lo que iba a suceder. Los días iban pasando sin que ella pudiese hacer nada por detenerlos, ya quedaba nada para que empezara una nueva semana, pero no una semana cualquiera. Una semana llena de oportunidades, con clases, algún que otro examen, trabajos por hacer; pero seguro que en medio de todo ese caos encontraba huecos para pensar en ÉL, (como no podría ser de otro manera). Toda una semana por delante se acercaba cada vez más, toda una semana por delante SIN ÉL. Y lo que es peor, a no saber de él. Eso le hacía estar inquieta. Deseaba que esa estúpida semana pasara lo antes posible. No le gustaba echarle de menos, la gente le decía que debería estar, aunque fuese sólo un poco, acostumbrada; si, no era la primera ni sería la última semana que pasaría sin él; pero dentro de si misma se alegraba de no acostumbrarse a aquello. Preferia pasar toda esa semana echando de menos su sonrisa, ver su nombre reflejado en la pantalla del teléfono, su olor... A acostumbrarse a ello.
Le parecía increíble que alguien pudiese acostumbrarse a echar de menos a la persona a la que se quiere de esa manera, pero quizás nadie quisiese a otra persona como ella le quería a él.
Sólo pensaba en cuando volviera dentro de una semana, seguro que le abrazaba con muchísima fuerza, seguro que se perderían en mil besos al verse...
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silbiditos!