domingo, 19 de diciembre de 2010

Todavía con la ilusión en los ojos, de lo que siempre había querido, lo que había deseádo toda mi vida con todas mis fuerzas...
Mirándote embobada acostado en el sofá o simplemente en la cama.
El calor, el cariño, el estar ahí continuamente, el decir tú nombre y segundos más tarde, aparecer.
Echarte de menos a cada minuto, acariciárte y observar tus movimientos.
Llenarte de besos y mirar tú cara cuando te hablo, que me escuchas.
Sacárme de quicio, gritarte, y tú más que yo.
Que me ignoras, pero aún así, yo siga volviéndo a por tí sin pensarlo.
Porque puedes ser todo y nada.
Y para mí eres demasiado.

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silbiditos!