Todavía con la ilusión en los ojos, de lo que siempre había querido, lo que había deseádo toda mi vida con todas mis fuerzas...
Mirándote embobada acostado en el sofá o simplemente en la cama.
El calor, el cariño, el estar ahí continuamente, el decir tú nombre y segundos más tarde, aparecer.
Echarte de menos a cada minuto, acariciárte y observar tus movimientos.
Llenarte de besos y mirar tú cara cuando te hablo, que me escuchas.
Sacárme de quicio, gritarte, y tú más que yo.
Que me ignoras, pero aún así, yo siga volviéndo a por tí sin pensarlo.
Porque puedes ser todo y nada.
Y para mí eres demasiado.
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silbiditos!