sábado, 21 de enero de 2012

¡Vaya día!

Es difícil que llegue tal día como hoy y tener que callarme todo lo que me sale decir, porque no es el momento de decirlo; porque ya no tengo ese derecho a decirlo, y que a todo el mundo le quede claro y sobre todo a esa persona.
Es duro que llegue tal día como hoy, para el cual he preparado mil cosas con muchísima ilusión e invirtiendo lo poco que me queda (no hablo de dinero) en esto, y sentir que estoy llegando al límite.
Que seguramente la realidad no es como me la he estado imaginando estos días. Que a lo mejor todo este esfuerzo no sirve de nada. Que puede que la historia termine, y no que continúe como tanto necesito.
Pero así es la vida...

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silbiditos!